Thank Goodness You’re Here! se presenta con picardía y un humor absurdo muy británico que sigue funcionando. Es una aventura muy atrevida y alocada de unas 2 o 3 horas en un pequeño pueblo del norte que está aquí para mostrarle al mundo la obsesión de los británicos con las salchichas y los traseros desnudos.

Juegas como un pequeño trabajador sin nombre, enviado a reunirse con el alcalde de un pueblo llamado Barnsworth que «necesita lo que estamos vendiendo». Al llegar, casi todos los residentes te reciben con la misma frase: Thank Goodness You’re Here! Rápidamente te involucras en los problemas de los lugareños: un hombre con el brazo atrapado en una alcantarilla, un pastelero local que se quedó sin carne, una colonia de ratas viviendo sobre el supermercado y hasta ordeñar una vaca porque alguien necesita leche.

Ayudar implica deambular por las coloridas plazas, mercados, callejones y tiendas de Barnsworth así como golpear a todo y a todos. Hay chistes por todas partes, entregados por cada personaje y escritos en cada rincón del escenario. Incluso en los momentos cuando no me hacía reír, seguía siendo un universo cómico en el que me encantaba pasar tiempo viendo con que podía cruzarme para la siguiente gracia.

Tu golpeteo indiscriminado eventualmente encontrará el desencadenante para la siguiente escena o secuencia, y la historia progresará. Ocasionalmente, esto te llevará a escenas en las que debes usar tu único otro verbo disponible, saltar, para escalar un área, pero llamar a Thank Goodness You’re Here! un juego de plataformas sería exagerado. «Juego de puzzles» también sería exagerado. Esto es casi pura narrativa, sus placeres se encuentran en su escritura y animación.

El ingrediente final es el surrealismo y el sinsentido, que proviene en parte del tamaño aparentemente flexible de tu personaje. En circunstancias normales, tu protagonista silencioso es aproximadamente de altura de rodilla, pero eso no le impide ser vertido desde un grifo de cerveza o visitar un mundo microscópico de carne. Además, los animales pueden hablar y varios personajes poseen propiedades físicas sobrenaturales. Nada de esto se explica jamás, lo cual hace que no pierda la esencia de su comicidad.

Thank Goodness You’re Here! no es adecuado para niños, probablemente, pero la belleza del doble sentido es que gran parte de lo que tiene de grosero pasaría desapercibido para ellos como pasa en muchos dibujos animados.

En ocasiones sentirás inquietud, una necesidad urgente de golpear todo hacia el siguiente chiste o área nueva. En general, incluso para los que no somos muy fans de las novelas visuales y similares, la historia aquí fue suficiente. Sus breves viñetas se acumulan, los personajes regresan una y otra vez, hasta que culmina en un gran momento y muy divertido como desenfrenado.